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Artículo :
01/04/2023
CONTRA LA PEREZA

La pereza es una batalla permanente de todos los seres humanos desde el comienzo de los tiempos. Y aunque parezca algo simple, la historia está llena de ejemplos de personas que no han conseguido vencerla. Esta lucha tiene lugar tanto en nuestros trabajos como en cualquier otra actividad que emprendemos.

 

Uno de los pilares fundamentales para el desarrollo de una profesión es la tenacidad y el trabajo duro. En el mundo de la certificación no es diferente. Hay demasiados factores que influyen en nuestro trabajo llegando en ocasiones a desmotivar al más pintado. Las diferentes administraciones públicas con sus diferentes puntos de vista, los diferentes operadores que buscan diferentes objetivos al buscar su certificación, el consumidor, pobre consumidor, que ve afectados sus derechos y busca información y garantías que le den tranquilidad a la hora de comprar diferentes productos o servicios.

 

Como decía respecto a la pereza, nadie llega a ninguna parte sin una buena dosis de esfuerzo, dedicación y habilidad. Muchos de los éxitos de la historia humana se deben a personas cuyo punto fuerte es y ha sido esa resistencia a la pereza.

 

Pero ¿es realmente la pereza un enemigo al que hay que combatir? Más allá de poner mucho empeño en nuestra tarea y trabajar con motivación, hay un punto medio que muchos casi nunca tienen en cuenta. Se trata de la armonía entre el trabajo y el descanso.

 

Es fundamental recordar que, en contra de lo que aconsejan algunas teorías de la gestión y administración de empresas, el trabajo no debe ser sinónimo de esclavitud. Si no hay un equilibrio entre la cantidad de horas que dedicamos al trabajo y el tiempo libre que empleamos en nosotros mismos, es muy fácil sufrir de pereza de forma periódica.

 

El descanso y la relajación no solo es clave para un buen ánimo, sino también para descargar energías y obtener mejores resultados a la hora de trabajar. Esto no significa que uno deba dejar de lado la tarea por completo y volverse una persona totalmente desorganizada. La clave sigue siendo la motivación. Bendita palabra, motivación.

 

Es importante tener en cuenta que la motivación para trabajar no está ligada solo al dinero, sino también a los objetivos que nos hemos propuesto cumplir. Estos objetivos deben estar claramente definidos para nosotros, así como para aquellos a los que sirve el trabajo que cada uno desarrollamos.

 

Debemos tener presente que, si bien nadie puede (ni debería) pasarse toda la vida trabajando sin descanso, es muy importante ser constante para lograr los objetivos. Esto significa que es preciso realizar un horario que nos permita tener tiempo para trabajar, para descansar y para disfrutar de los pequeños logros.

 

No se trata de trabajar contra la pereza como un enemigo a batir. Se trata, más bien, de crear un equilibrio entre tareas y el entretenimiento, de modo que podamos aprovechar al máximo las horas que tenemos disponibles y producir un trabajo de calidad con la ayuda de la motivación y el esfuerzo. El resultado no solo nos recompensará en lo personal, sino que también lograremos satisfacer a aquellos a quienes estamos ayudando con nuestro trabajo.

 

Si esto todos los tuviéramos claro, entonces entenderíamos mejor el motivo por el que los trabajadores nos esforzamos en lograr resultados equitativos y productivos. Esto supone ser creativos, buscando mejoras en procesos e implementando diferentes estrategias para satisfacer las necesidades de cada momento. Se entiende así que es una forma positiva de contribuir a la empresa y al bienestar de la comunidad. Esto es lo que yo entiendo cuando se habla de compromiso con la sociedad. También es un compromiso con uno mismo, ya que así estamos comprometidos a cumplir con nuestras funciones de la mejor manera y con la mejor predisposición.

 

Los resultados que se pueden esperar del trabajo bien hecho y del trabajo hecho de forma responsable son innumerables. El trabajo bien hecho es una característica profesional clave y redundará en crecientes niveles de éxito en la vida profesional, académica y personal, sin mencionar una mejor salud mental y valoración de uno mismo. Enfocarse en el trabajo con responsabilidad es especialmente importante para aquellos que trabajan en entornos profesionales, como nosotros, donde el trabajo bien hecho se convierte en productividad, éxito en los negocios, así como productos y servicios de calidad.

 

En términos de salud mental y bienestar personal, el trabajo bien hecho y hecho de forma responsable nos ayuda también a avanzar en estas áreas. Los beneficios de tener buenos hábitos de trabajo y una mentalidad responsable son innumerables. Uno de ellos es la mejora de la motivación, concentración y productividad al completar una tarea, contribuyendo también a una mejora considerable en el estado de ánimo. Completar tareas y trabajos con éxito incrementa nuestra autoconfianza y nuestro sentido de autoestima, reduciendo los niveles de estrés y ansiedad.

 

Sirva esta reflexión para animar a todos a comprometernos para hacer lo que tenemos que hacer lo mejor que podamos. Actuemos a nivel individual para obtener un beneficio a nivel global. Nuestra sociedad y nuestros hijos, nos lo agradecerán si todos lo hacemos. Y serán ellos quienes lo sufran o paguen las consecuencias, si no lo hacemos.

Confieso la pereza que inicialmente me daba escribir un artículo referido a la pereza. Pero una vez vencida la pereza, llego al final del mismo con una sonrisa de satisfacción. Ya lo sabíamos que, contra la pereza, diligencia.

 

Sebastián Vidal Martín

Gerente - CALICER

NUESTROS ASOCIADOS

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