Ha llegado el momento de parar y recapacitar sobre nuestra forma de vida, nuestra manera de consumir, nuestro compromiso con las generaciones futuras y sobre qué significa para nosotros el bienestar.

 

En nuestro mundo, compramos equipos electrónicos que duran muy poco tiempo y que no pueden ser reparados, la fruta se vende sobre bandejas de poliespán rodeadas por film plástico que acaban siendo residuos sin mayor utilidad que la de portar el alimento, se destruyen cantidades ingentes de productos no perecederos que no se han vendido o que han sido devueltos, consumimos productos de un solo uso que se usan y se tiran y muchísimos ejemplos más, que deberían hacernos recapacitar.

 

La cuestión es sencilla, este sistema no es sostenible y si queremos cumplir con el compromiso de desarrollo de las nuevas generaciones que habitarán nuestro planeta, necesitamos transformar nuestra sociedad para que el crecimiento económico esté desvinculado del uso de los recursos y para que el sistema económico se transforme en una economía climáticamente neutra, de modo que se garanticen las mínimas emisiones de gases de efecto invernadero y la compensación de aquellas que no se hayan podido evitar.

 

La Comisión Europea lo ha dejado claro, sólo tenemos una Tierra, pero en 2050 el consumo mundial será el equivalente al de tres planetas y además la mitad de las emisiones totales de gases de efecto invernadero y más del 90% de la pérdida de biodiversidad y de estrés hídrico, se deben a la extracción y la transformación de los recursos. Teniendo en cuenta todo ello, en 2020 se presentó un nuevo plan de acción para la Economía Circular dentro del marco del Pacto Verde Europeo con el fin de conseguir la neutralidad climática de la Unión Europea en 2050 y lograr un mercado europeo de productos sostenibles, climáticamente neutros y eficientes en el uso de recursos. Para lograrlo, se han planteado varias líneas de actuación:

 

1. Hacer que los productos sostenibles sean la norma en la Unión Europea. Para ello, se establecerá una legislación que permita implantar una política de productos sostenibles que obligue a que los productos comercializados duren más, sean más fáciles de reutilizar, reparar y reciclar, e incorporen dentro de lo posible material reciclado en lugar de materias primas primarias. Además de ello, se restringirán los productos de un solo uso, se hará frente a la obsolescencia prematura y se prohibirá la destrucción de bienes duraderos que no hayan sido vendidos.

2. Empoderar a los consumidores. Los consumidores recibirán información fidedigna sobre aspectos como la reparabilidad y la durabilidad de los productos que les ayudará a tomar decisiones más sostenibles desde el punto de vista del medio ambiente. Los consumidores podrán acogerse a un verdadero «derecho a reparación».

3. Centrarse en los sectores que utilizan más recursos y que tienen un elevado potencial de circularidad. La Comisión adoptará medidas concretas sobre:

   1. Electrónica y TIC: una «Iniciativa sobre la Electrónica Circular» alargará la vida útil de los productos y mejorará la recogida y el tratamiento de los residuos.

   2. Baterías y vehículos: nuevo marco regulador para las baterías a fin de aumentar la sostenibilidad e impulsar el potencial de circularidad de las baterías

   3. Envases y embalajes: nuevos requisitos obligatorios que definen lo permitido en el mercado de la UE e incluyen una reducción del embalaje (excesivo).

   4. Plásticos: nuevos requisitos obligatorios sobre el contenido reciclado, con especial atención a los microplásticos, además de los bioplásticos y los plásticos biodegradables.

   5. Productos textiles: una nueva estrategia de la UE sobre los productos textiles, a fin de reforzar la competitividad y la innovación en el sector e impulsar el mercado de la UE de la reutilización textil.

   6. Construcción y vivienda: una estrategia integral para un entorno construido sostenible que fomentará los principios de circularidad en los edificios.

   7. Alimentos: nueva iniciativa legislativa sobre la reutilización para sustituir los envases, la vajilla y la cubertería de un solo uso por productos reutilizables en los servicios alimentarios.

4. Garantizar que se produzcan menos residuos. Se tratará de evitar los residuos en primer lugar y de transformarlos en recursos secundarios de alta calidad que se integren en un eficiente mercado de materias primas secundarias. La Comisión estudiará la posibilidad de establecer un modelo armonizado a escala de la UE de recogida separada de residuos y su etiquetado. El Plan de acción también presenta una serie de medidas para reducir al mínimo las exportaciones de residuos de la UE y hacer frente a los traslados ilícitos.

 

Todo ello junto con el potencial de las tecnologías digitales, ofrecerá a las empresas nuevas oportunidades que reforzarán la base industrial de la Unión Europea, fomentarán la creación de empresas y el emprendimiento que, según estudios recientes, podría suponer un aumento del PIB de la Unión Europea en un 0.5% adicional de aquí a 2030 y la creación de unos 700.000 puestos de trabajo.

 

Además, los ciudadanos se beneficiarán con productos de alta calidad, funcionales y seguros, eficaces y asequible, que durarán más y estarán diseñados para ser reutilizados, reparados y sometidos a un reciclado de alta calidad.

 

Es el momento de actuar, no lo podemos dejar para más tarde, no nos lo podemos permitir.

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Cristina Bachiller

Directora Técnica de Certificación - APPLUS